En un mundo que promete más preguntas que certezas.
En un presente víctima de muchos errores del pasado.
En calles que cuentan historias.
Y en casas repletas de vicios y ambiciones…
Habitan varios grupos de personas pero me quiero focalizar en los extremos:
? Quienes se sienten más vivos que nunca y quienes deambulan esperando -rendidos- a que sea su último día.
? Quienes ven una hoja en blanco, lista para rellenar. Y quienes sienten que todo está perdido. Esos mismos que a la hora de pensar se dicen: «todo está creado» y se recuestan a la espera de vaya a saber qué.
Lejos de enjuiciar a ninguno de estos grupos, simplemente con el afán de hacerlos visibles, me siento a escribir y reflexionar acerca de esto.
No hay receta. ✋?
Sin embargo, cada día me convenzo más de que SOMOS de lo que nos alimentamos y del condimento que deseemos poner a eso que preparemos.
Somos nuestras elecciones. Y depende de aquello que elijamos como combustible como, valga la redundancia, vamos a andar.
Somos eso que comemos. Somos eso que miramos. Ese feed que cliqueamos para ver más. Ese artículo que decidimos leer. Esa persona que elegimos seguir. Esos amigos a los que llamamos amigos. Esos amores a los que llamamos amores. Somos todo lo que consumimos y elegimos para nuestra vida segundo a segundo. ✅
Nuestras decisiones y acciones nos definen.
Y si bien somos insignificantes dentro de muchos parámetros, dentro de otros podemos llegar a ser superhéroes y superheroínas. Entonces: ¿Qué grupo elegís habitar?
¿Más vivos o más muertos que nunca? ¿O quizás otro? (Dejalo en los comentarios!)
¿De qué preferís recargarte? ¿De quiénes ven oportunidad o de quienes viven en un constante apocalipsis?
Una sola noticia a tener en cuenta si estás en estos extremos: El estrés mata. Y la clave está en mantenerse productivos, no “ocupados”, encontrar un sano equilibrio que te permita desafiarte pero sin exigirte de más.
Y un par más de anuncios, con el diario del lunes:
? Ya fuimos fatalistas durante mucho tiempo y NO FUNCIONÓ.
? Ya nos peleamos por poder y no funcionó.
? Luchamos por el orgullo y terminamos más solos que unidos.
? Robamos por envidia y conseguimos resentimiento.
? Estábamos muertos de espíritu y solo conseguimos sentirnos peor.
Y que diga esto no cambia nada (para bien y para mal!) Porque sin embargo y gracias a nuestra naturaleza… tenemos la oportunidad, mientras sigamos respirando, de volver a nacer en cada inhalación.
Tan cliché como real. ?
Reconstruirnos desde el amor y el respeto (primero por nosotros mismos y después por otros) es para mí, el único camino posible para dejar de hablar de un cambio y comenzar a SERLO.
Un ejemplo de esto: Ana Romero. ?
Una mujer apasionada y sabia (entre tantas muchas otras cosas!) con una historia profunda e inspiradora. Los invito a poner play al menos unos minutos… verán que no hace falta que les pida que lleguen al final. Lo harán ustedes mismos y quizás, terminando así por cambiar definitivamente de rumbo.
Ismael