Me encuentro sentado frente a una página en blanco queriendo escribir…
💭 ¿De qué quiero hablarte hoy?
💭 ¿Qué tanto de todo lo que quiero reflexionar puede ser útil esta semana?
Te voy a contar un secreto (no tan secreto 🤭), a veces las ideas sobran, pero hay días en los que surgen trabas que nos pueden impedir ejecutarlas.
Podría hablarte de la importancia de los fracasos, del no huir de uno mismo, de disfrutar de lo que hacemos… pero todo eso te lo dije -y me lo dije- muchas veces ya.
🤔 Así que hoy quiero aprovechar que mis ideas se enredaron para reflexionar con vos sobre los días así:
¿Qué hacemos cuando no sabemos cómo empezar a hacer las cosas? 🤯
¿Cómo desenredamos las miles de ideas que se cruzan y anudan unas con otras como los cordones que dejamos tirados en algún cajón?
👀 Y es más normal de lo que creés, eh. No te sientas menos capaz porque un día no supiste cómo arrancar. A todos nos pasó alguna vez.
Como todo, es parte de ser humanos. Y como dije alguna vez, ¿Qué gracia tendría si todo fuera perfecto, no? 🙄
Bueno, al parecer, hablando de no poder empezar con este Newsletter, algo empecé…
¿Será esa la respuesta? 😲
Hacer. No quedarse de brazos cruzados.
Probar y probar y probar… hasta que los nudos se deshacen, y notar cómo todo pierde la calidad de “imposible” y se abren nuevas posibilidades a las ideas que se habían complicado, por así decirlo.
Quizás, pienso, se trata de salir a buscar el cambio. No quedarse en el mismo lugar esperando a que la solución llegue, sino salir a su encuentro. Porque cuando hay pasión y compromiso, las excusas no existen.
👉 Ojo, tampoco sin transitar lo que nos pasa, ¿no? Siempre actuar escuchándonos y analizando qué nos pasa y qué es lo que necesitamos. A veces hay que recordarnos que es importante no presionarnos tanto, quizás nuestra cabeza necesita un poco de aire y es totalmente comprensible.
Si no salió ya, tomémonos nuestro tiempo hasta que encontremos la manera de que las cosas empiecen a fluir hacia donde queremos ir, sin exprimirnos. 🥴
Tal vez, también sea cuestión de aprender a abrir esas puertas que nuestra mente cree cerradas.💪 De utilizar los tropiezos y los días en los que nos sentimos trabados, para aprender y evolucionar.
También, puede que sume utilizar la tecnología a nuestro favor y buscar disparadores que nos inspiren: personas que tengamos como referencia, videos, artículos, lo que sea que funcione para nosotros.
🤔 Pero creo que lo más importante, como dije más arriba, es hacer. No importa si bien o mal, si ya o en cinco minutos (ojo, no hablo de procrastinar 🧐). Pero mandarse, tirarse a la pileta…
De a pasos chiquitos y dejándonos guiar por ese pensamiento o accionar que, de repente, nos empezó a alumbrar un poco más el camino.
Si hacemos, algo saldrá de ahí, ¿No? 😉 Como este artículo, que nació del no saber por dónde empezar a hablar, o qué tema de todos los que tengo en la cabeza soltar…
Pero hice: pensé, probé, escribí, borré, volví a escribir… Y algo salió. Algo que me hizo darme cuenta de que, cuando creo que las puertas se cerraron, en realidad siempre estuvieron entreabiertas.
Y me gustaría compartirlo con vos 🙏. Para que tengas en cuenta que siempre vas a tener una salida, una solución a cualquier traba que creas que se interpone entre lo que querés hacer y vos.
👉 Quiero preguntarte, ¿Qué hacés cuando no sabés qué hacer? ¿Qué es lo que te funciona cuando no entendés bien por dónde empezar?