¿Qué pasa cuando lo que hacemos o lo que decimos no es interpretado como quisiéramos?
¿Cómo podemos hacer para que todos interpreten lo mismo?
🤔 Algo que siempre me hace pensar y replantearme la manera en la que me comunico con la gente, es el poder y la carga que tienen las palabras.
No podemos tener el control sobre lo que el otro va a interpretar. Porque somos seres interpretativos, y cada uno va a darle el significado que crea correcto según la realidad en la que vive.
Es un hecho: una vez que soltás esas palabras, que dejan de ser tuyas para pertenecer a la interpretación de alguien más, esa persona las puede tomar de una forma u otra.
🤯 ¿Y cómo nos aseguramos de que entendió el mensaje?
Peor aún, ¿cómo saber si nuestra elección de palabras fue suficiente para poder comunicar al 100% lo que verdaderamente quisimos decir?
Esto, así como en las palabras, sucede en la vida misma. Las personas entendemos lo que calza con la realidad en la que vivimos.
👀 Sí, esa taza sobre la mesa puede ser roja… Pero si la ves desde otro ángulo, con otra luz, con otros ojos, puede ser naranja, marrón, ¡gris!
Es increíble pensar que nadie va a ver las cosas EXACTAMENTE como las vemos nosotros. ¿No? Pero, no te creas que es algo malo: Acá viene lo bueno.
Con nuestras metas y proyectos pasa lo mismo. Lo que a nosotros nos gusta o nos sirve a los otros quizás no tanto. O como hablaba en el artículo anterior, lo que para nosotros no llega a ser excelente y solo vemos errores, para otros puede estar impecable.
Es importantísimo poder usar estas diferencias con quienes nos rodean a nuestro favor.
Nutrirnos de otras visiones, para que otros también puedan hacerlo con las nuestras. Ayudarnos a ver cosas o interpretar señales que solos no podemos ver.
De la aparente crisis, pueden crearse miles de oportunidades más ¿No?
Otro factor clave es tener esto en cuenta para cuando sucedan situaciones que nos pongan en jaque con nuestra salud mental:
📍 Cuando alguien te etiquete, diga algo de vos que interpretes como negativo, ¿qué peso le vas a dar? Pensá de quién viene, cuál es su realidad, y si realmente te suma tener ese concepto girando alrededor tuyo.
📍 O cuando la otra persona no entendió, no le gustó o ignoró algo a lo que le pusiste un montón de esfuerzo: Lejos de castigarte, conectate con tu lado más humano. Profundizá en el por qué te exigís tanto y recordá que no todos ven lo que vos.
📍 O al revés, cuando vayas a decir lo que tenés ganas de decir: Evaluá el cómo y a quién ¿Cómo puedo decirle las cosas, sabiendo que esta persona interpreta de tal manera? Una vez que empezás a tomar conciencia de esto, la comunicación tiene un giro de 360°.
Todos estos ejemplos que te digo, son una razón más para que te enfoques en lo que querés hacer, el otro no está en tu cabeza y no vivió tu vida.
Pero también, para que tengas en cuenta lo complejo e increíble del lenguaje y de las miles de interpretaciones que pueden haber en un simple “Hola! ¿cómo estás?”. Porque, ¿te cuento algo? 😉
Podés sacar provecho de la interpretación vos mismo. ¿Cómo? empezar a manipular el lenguaje de manera tal que convencés a tu cerebro de que vas a lograr lo que te proponés. Como digo siempre, hacé las cosas PARA lograrlas, no POR SÍ las lográs. ¿Notás la diferencia? 🧐 Uno se predispone de otra manera.
👉 Y así con todo lo que nos rodea en la vida. Es sumamente importante (a mi parecer) recordar siempre que todos tenemos vidas diferentes y que, ante la mirada del otro, las cosas pueden ser muy distintas.
Entonces, pienso…
💭 ¿Por qué atormentarnos por pensar que el otro nunca va a ver las cosas como nosotros las vemos, las percibimos, las escuchamos o las decimos?
Si en la diversidad hay riqueza, hay nuevas interpretaciones de las que aprender, hay largos caminos para recorrer.
💭 ¿Y si en lugar de intentar imponer nuestra visión, nos complementamos con un otro?